miércoles, 15 de julio de 2009



Despues de la religión, la felicidad consumista, y la teoría neoliberal, el amor eterno, es una de tantas grandes mentíras que alguna vez supimos jurar que son ciertas.

Salvo papanoel, que todos sabemos que vive en el polo norte, pero el mismo siembra la sospecha, de timidon que es nomás.

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