miércoles, 16 de junio de 2010

ya es la tercer noche consecutiva que me despierto, con el aire infestado de napalm.
Podría sonar "Fortunate Son", y esto es vietnam, el ventilador obra de bell 212.
Abro la puerta angustiado y con desesperación, otra vez está ahi, la ausencia.
Se acuesta del lado izquierdo de mi cama, y con su mano helada, acaricia los huecos en mi espalda.
cierro la puerta como intentando evadirla, pobre iluso.
Está atras mio, la siento, el aliento en mi nuca, su hedor a humedad y vino tinto.
Vuelvo a abrir la puerta, con resignación y torpeza, mis pazos incorrectos por el pasillo de los placares, solo queda reir.
Otra vez esa mascara de payazo, pobre diablo piensa.
El del espejo soy yo. El desestimado
Pero en cambio, ahora, le abro la puerta y le ofresco tostadas (¿dulce o manteca?)
y le clavo un puñal en la garganta, para que se atragante entre migas dulces y sangre tibia.
Pero no hay caso, no se da por aludida, sigue volviendo.
Como la tía del perfume a placard, como el frio de este invierno desgarrador.

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